¿Cómo tratar el agotamiento emocional del cuidador?
Los cuidadores de personas dependientes realizan una tarea que muchas veces repercute negativamente en su salud emocional, más aún cuando esta situación se da durante largo tiempo. Además, preocuparse por el bienestar de los cuidadores es un desafío muchas veces olvidado porque el foco de atención se pone en la persona que está siendo atendida.
El cuidado de un familiar dependiente es, en general, una experiencia prolongada que exige reorganizar la vida familiar, laboral y social. Esto significa que las personas que atienden directamente a sus parientes, que así lo requieren, pueden tener conflictos con el resto de la familia.
Estos problemas suelen deberse a desacuerdos en la atención e implicación de los familiares y pueden derivar en cambios emocionales de los cuidadores que se ven expuestos a un sin número de sentimientos de carácter negativo como la sensación de impotencia, culpabilidad, rechazo hacia la persona dependiente o soledad.
De hecho, es mucho más frecuente de lo que se cree que el cuidado prolongado de un familiar dependiente termine afectando la salud del cuidador porque es una actividad que provoca un gran desgaste. En parte, se explica porque hacerse cargo de otra persona inevitablemente disminuye la cantidad de actividades sociales en las que se puede participar y reduce los espacios de ocio, que pueden traducirse en una sensación de aislamiento del resto de la sociedad, agobio, estrés y frustración.
La solución
Para enfrentar y prevenir que esto ocurra, es importante que el cuidador cuente con un apoyo que le permita repartir sus responsabilidades. Además, siempre es bueno que cuente con ayuda emocional y el reconocimiento de su importante tarea por parte del resto de sus familiares.
Una buena forma de lograrlo es que el cuidador cuente con flexibilidad horaria en lo laboral y que se apoye de las instituciones especializadas que existen para el cuidado de los adultos mayores, que muchas veces cuentan con servicios temporales de residencia para ancianos o centros de día donde pueden ser bien atendidos y participar de actividades recreativas.
También es importante que el cuidador conozca en detalle la enfermedad o impedimento que sufre la persona dependiente para que sepa a qué atenerse a futuro, cuál será su posible evolución y si existen eventuales complicaciones.
Otra manera fundamental para evitar y tratar el agotamiento emocional que produce el hecho de cuidar a otro, es estar atento a los primeros síntomas, que suelen ser pérdida de energía, sensación continua de cansancio, sueño, enojos sin motivo, cambios frecuentes de estado de ánimo y aislamiento, para pedir ayuda oportuna.
Contenido desarrollado por Facemamá
El cuidado de un familiar dependiente es, en general, una experiencia prolongada que exige reorganizar la vida familiar, laboral y social. Esto significa que las personas que atienden directamente a sus parientes, que así lo requieren, pueden tener conflictos con el resto de la familia.
Estos problemas suelen deberse a desacuerdos en la atención e implicación de los familiares y pueden derivar en cambios emocionales de los cuidadores que se ven expuestos a un sin número de sentimientos de carácter negativo como la sensación de impotencia, culpabilidad, rechazo hacia la persona dependiente o soledad.
De hecho, es mucho más frecuente de lo que se cree que el cuidado prolongado de un familiar dependiente termine afectando la salud del cuidador porque es una actividad que provoca un gran desgaste. En parte, se explica porque hacerse cargo de otra persona inevitablemente disminuye la cantidad de actividades sociales en las que se puede participar y reduce los espacios de ocio, que pueden traducirse en una sensación de aislamiento del resto de la sociedad, agobio, estrés y frustración.
La solución
Para enfrentar y prevenir que esto ocurra, es importante que el cuidador cuente con un apoyo que le permita repartir sus responsabilidades. Además, siempre es bueno que cuente con ayuda emocional y el reconocimiento de su importante tarea por parte del resto de sus familiares.
Una buena forma de lograrlo es que el cuidador cuente con flexibilidad horaria en lo laboral y que se apoye de las instituciones especializadas que existen para el cuidado de los adultos mayores, que muchas veces cuentan con servicios temporales de residencia para ancianos o centros de día donde pueden ser bien atendidos y participar de actividades recreativas.
También es importante que el cuidador conozca en detalle la enfermedad o impedimento que sufre la persona dependiente para que sepa a qué atenerse a futuro, cuál será su posible evolución y si existen eventuales complicaciones.
Otra manera fundamental para evitar y tratar el agotamiento emocional que produce el hecho de cuidar a otro, es estar atento a los primeros síntomas, que suelen ser pérdida de energía, sensación continua de cansancio, sueño, enojos sin motivo, cambios frecuentes de estado de ánimo y aislamiento, para pedir ayuda oportuna.
Contenido desarrollado por Facemamá